Thursday, October 30, 2008

Cuento corto I

Era un día nublado, húmedo y frío. No tenía ganas de salir de la cama, pero sabía que tarde o temprano vendrían a buscarla. "No sé para qué me esfuerzo, siempre llegan cuando menos los espero. No importa lo que esté haciendo ni cuánto tiempo me prepare, siempre me tomarán desprevenida."

Sabía que de algún modo, nadie en el mundo vendría a ayudarla. Ni siquiera el tipo aquel que conoció la otra noche y al que le dio su número de teléfono, "luego me llamas, si necesitas con quién hablar", le dijo, pero al parecer él no tenía ganas de hablar con nadie.

La cama se hacía grande y la envolvía en un cálido abrazo invernal, pero ella no se decidía aún a levantarse y estirarse. "El agua caliente tarda tanto en salir, tal vez me vuelva a echar un rato mientras tanto", pensó rápidamente, justificando su eterna pereza y las ganas infinitas de volver a recostarse. Pero no. Si no actuaba de inmediato, corría el riesgo de quedarse dormida y enfrentar la vergüenza de mostrarse empiyamada ante el mundo, todavía con los ojos mal desmaquillados la noche anterior. Tenía que salirse ya del círculo vicioso.

Entró en la regadera justo en el momento en que el teléfono sonaba. "Carajo, tienen un tino. Seguro ha de ser mi mamá", pensó con rabia, y se juró no contestar. "Que se joroben, tengo el tiempo encima y no puedo perder ni un minuto a estas horas". Y en verdad ya era tarde. "Mañana juro que sin importar qué o cómo, ahora sí me levanto temprano. Me choca estar a las carreras, mal desayunada y de malas todo el día", pero sabía que no lo iba a hacer, igual que las otras veces que había prometido lo mismo, y resultaba en una mera intención; nada real. No estaba en su naturaleza.

"Soy una tonta", pensó de pronto, "soy una auténtica bestia, cómo no me acordé... estoy en la luna. Y eso me pasa por acostarme tan tarde y perder la noción de los días. Necesito un calendario más grande en la recámara... me cae que por imbécil me suceden estas cosas", y rompió a reir... "Hoy es sábado... y los niños no van a la escuela los sábados", pensó sarcásticamente, como regañándose a sí misma." Que se queden dormidos en su cuarto y que no me vengan a buscar. Ahora sí que hoy no". Y volvió a meterse en la cama, que estaba fría como un témpano. "Te lo mereces, por idiota", y volvió a reirse.

1 comments:

Anonymous said...

Seño, me hace mi calaverita?

Como cada año,(ejem, bueno uno si y muchos no) Venerea y yo nos hacemos nuestras respectivas calaveritas y para no perder la tradición este año arranquemos motores y vamos buscando algo de inspiración.